domingo, 12 de mayo de 2013

¡Regalos!Normas para dar y recibir

La norma básica de los regalos es: Saber recibirlos y saber obsequiarlos.


En caso de regalar, tener en cuenta:
- Se pueden hacer regalos sin esperar fechas especiales como cumpleaños, bodas, navidad...
- Si tienes capacidad adquisitiva o tu estado financiero es normal, no tiene presentación calcular constantemente el costo de un regalo u obsequio.
- Al momento de regalar para responder a la invitación de una comida, preferiblemente deben ser flores, bombones, licores o libros dependiendo de los gustos del anfitrión.
- A personas que no sean muy allegadas como familiares o amigos muy cercanos, no se deben ofrecer obsequios que supongan algún riesgo o que comprometan con cuidados o responsabilidades, como puede ser una mascota o una planta.
- La discreción es de las cualidades de más prestigio. Debes hacer retirar el precio después de la compra. A nadie le interesa el costo del regalo.
- Si no conoces mucho del destinatario, o por el contrario, lo conoces muy bien y éste es supersticioso, es correcto evitar regalos que presagien eventos negativos... ejemplos: los pañuelos y las perlas presagian lágrimas, objetos cortantes como tijeras, cuchillos, abrecartas... presagian ruptura de relaciones de amistad. Evitar al máximo estos objetos u otros que por agüeros anuncien malos augurios.
- Se puede pensar en un regalo colectivo, cuando el presupuesto es escaso. Seguramente quien lo reciba, lo hará con el mismo agrado.
- Es importante tener en cuenta que el regalo que te gustaría que te dieran no será el mismo que le gustará a otra persona.
- Las diferentes culturas tienen también sus reglas con los regalos, incluso en algunas no los aceptan. Es preciso averiguar antes si lo aceptará o no. Y en caso de entregarlo, no te extrañes si no lo abren.
- La presentación de los regalos es fundamental. Debes evitar a toda costa rellenarlos con papel periódico, o cajas de muchos tamaños esperando la *sorpresa final*.
- Y lo más importante! Nunca regales para que te devuelvan el gesto, y mucho menos tomarte el trabajo de invitar a una persona por el simple hecho de saber que te hará un buen regalo.

sábado, 11 de mayo de 2013

Claves para vestir bien... ¿Que me pongo?


Cada mañana, al despertarnos, nos hacemos la misma pregunta frente al espejo: "¿qué me pongo?". La imagen nos importa porque dice mucho de nosotros, pero vestir bien no es fácil. Aunque el buen gusto es innato, las claves fundamentales para llevar una indumentaria correcta se pueden aprender. Para ello se ha creado una profesión que cada vez tiene mayor relevancia, la de los asesores de imagen. Políticos y actores de cine siguen sus consejos.  hora desvelamos los más importantes.
En cualquier ámbito, ya sea familiar o laboral, debemos esforzarnos en dar una buena imagen. No es una cuestión de belleza, sino de corrección y buenas maneras, aplicable también a los gestos y las expresiones. Todo estos detalles conforman nuestra carta de presentación, por lo que debemos prestarles atención.
Como es obvio hay que mantener una higiene personal impecable. Un pelo sano, unas uñas cuidadas o un aliento fresco son aspectos esenciales en nuestra interacción con otros individuos, al igual que un calzado limpio o una ropa sin manchas ni descosidos y bien planchada. A partir de estos mínimos, construiremos la indumentaria más adecuada conforme al contexto en el que nos movamos, nuestra edad y nuestra figura.

domingo, 5 de mayo de 2013

Buenas maneras al volante


El automóvil, en muchas ocasiones, es un lugar donde hasta las personas más educadas pierden sus buenos modales. Los atascos, las prisas, el ritmo acelerado de la ciudad... nos hacen que nos volvamos un poco más agresivos al volante.
Si somos capaces de controlar esta agresividad, nuestra vida y la de los demás puede ser mucho más civilizada y tranquila.
Podemos hacer algunas sugerencias para mejorar nuestras "formas" al volante:
   1. Respetar. Hay que respetar las señales de circulación: los semáforos en rojo, los límites de velocidad, los sitios donde no se puede aparcar -estacionar-, los pasos de peatones, etc. Un coche mal estacionado puede ser un estorbo para circular con un coche de bebé, para pasar con una silla de ruedas...
   2. Paciencia y educación. Si alguien ha aparcado en doble fila, si se pone el semáforo en verde y el automóvil que va delante de nosotros no se pone en marcha, etc. debemos tener paciencia y tratar de avisar sin ser demasiado molestos para el resto de ciudadanos. Ellos no tienen la culpa de nuestra impaciencia o mal humor.
   3. El claxon. No debemos ser de esas personas que abusan de la bocina - claxon- de nuestro coche, aturdiendo a todos los peatones. Poco, por no decir nada, se arregla tocando el claxon de manera insistente en un atasco. En caso de tener que dar un aviso, que por el motivo que sea nos impide el paso (automóvil aparcado en doble fila, coche parado, etc.) se puede tocar el claxon una o dos veces, pero con moderación.
   4. Los insultos. No es nada educado, y por desgracia es demasiado sencillo, llegar a insultar al conductor que cambia de carril sin avisar delante de nuestras narices, o que realiza cualquier otra acción no muy correcta. O insultar a ese peatón que se nos ha echado, literalmente, encima de nuestro coche. Hay que ser comprensivos y prudentes.
   5. Los gestos. Como en el caso de los insultos, es de personas poco educadas hacer gestos obscenos a otros conductores o peatones. No se arregla nada, quedamos como groseros y solo logramos enfadarnos más e, incluso, iniciar una disputa o una pelea.
   6. Disculpas. Si somos nosotros quienes hacemos algo incorrecto, hay que saber pedir disculpas. El otro conductor o peatón sabrán agradecer este detalle.
   7. Generosidad. Tanto dentro como fuera de un automóvil hay que ser generosos. Nada nos cuesta ceder el paso a un peatón, aunque no cruce por un paso de cebra, dejar pasar a otros automóviles que se incorporan a un carril, dejar pasar a un coche que sale de un garaje, o dejar pasar a un automóvil que quiere cruzar una avenida de un lado a otro. Hay que ser amables y tener un punto de cortesía que, al volante, se ha perdido en gran medida.